El objetivo del squash es golpear la pelota de manera que sea difícil para el oponente devolverla antes de que rebote dos veces en el suelo. Los jugadores deben emplear estrategia, velocidad, agilidad y precisión en sus movimientos para mantener la pelota en juego y superar a su adversario.
Es conocido por su ritmo rápido y su naturaleza físicamente exigente, ya que los jugadores deben moverse rápidamente por la pista para alcanzar la pelota y responder a los golpes del oponente. Además de ser un deporte competitivo, el squash es una excelente forma de ejercicio cardiovascular que mejora la resistencia, la coordinación y la agilidad.